La excreción es un proceso vital para el mantenimiento del equilibrio interno del cuerpo, cuya finalidad es eliminar sustancias de deseo que, de acumularse, podrían causar daños graves a la salud. Este proceso abarca la participación de diversos órganos y estructuras que trabajan en conjunto para filtrar, transportar y expulsar los desechos metabólicos y mantener la homeostasis corporal.
La excreción es el conjunto de procesos fisiológicos que permiten la eliminación de sustancias tóxicas y no aprovechables, generadas durante el metabolismo. Este mecanismo asegura la depuración del organismo y previene problemas de salud como intoxicaciones, infecciones y fallos orgánicos (Guyton & Hall, 2016). Entre las sustancias eliminadas destacan la urea, el ácido úrico y el dióxido de carbono, siendo estas gestionadas principalmente por los sistemas urinario y sudoríparo.
El sistema excretor humano, también denominado aparato urinario, está compuesto por un conjunto de órganos que trabajan en sincronía para filtrar la sangre, producir orina y expulsar desechos metabólicos.
Este sistema incluye los riñones, uréteres, vejiga y uretra, además de las glándulas sudoríparas, que participan en la regulación de la temperatura y eliminación de ciertos compuestos.
Este sistema cumple funciones esenciales, como:
Los riñones son los órganos principales del sistema excretor, encargados de filtrar la sangre y producir orina. Cada riñón contiene aproximadamente un millón de nefronas, que son las unidades funcionales responsables de la filtración.
Estructura interna:
Funciones principales:
Las vías excretoras transportan y eliminan la orina desde los riñones al exterior del cuerpo.
Uréteres: Tubos que conectan los riñones con la vejiga. Poseen fibras musculares que impulsan la orina mediante movimientos peristálticos.
Ejemplo clínico : La presencia de cálculos renales en los uréteres puede bloquear este transporte y causar dolor intenso (Colussi et al., 2021).
Vejiga: Órgano elástico y hueco que almacena la orina. Tiene una capacidad aproximada de 500 ml, aunque puede expandirse hasta un litro. Cuando se llena, envía señales nerviosas al cerebro indicando la necesidad de orinar.
Uretra: Conducto final por donde la orina es expulsada. Su longitud y estructura varían según el sexo: en las mujeres es más corta (3-4 cm) y en los hombres más largos (20 cm), lo que explica la mayor prevalencia de infecciones urinarias en mujeres (Tortora & Derrickson, 2008). .
Además del sistema urinario, las glándulas sudoríparas participan en la excreción al eliminar agua, sales y pequeñas cantidades de urea mediante el sudor. Estas glándulas también contribuyen a la termorregulación, especialmente durante actividades físicas intensas.
La orina es el producto final del trabajo de los riñones y se forma a través de tres procesos principales:
Filtración glomerular:
La sangre fluye hacia las nefronas, donde el glomérulo filtra el plasma, separando moléculas pequeñas como agua, urea y sales. Las células sanguíneas y proteínas grandes no atraviesan este filtro (Guyton & Hall, 2016).
Reabsorción tubular:
A medida que el filtrado pasa por los túbulos de la nefrona, sustancias útiles como glucosa, aminoácidos y agua son reabsorbidas y devueltas a la sangre. Este proceso requiere energía y garantiza que el cuerpo conserve nutrientes esenciales.
Secreción tubular:
Sustancias que no se filtran inicialmente, como iones de potasio y algunos medicamentos, son secretadas activamente desde la sangre hacia el túbulo renal para ser eliminados.
El resultado de estos procesos es la orina, compuesta por un 95% de agua y un 5% de solutos, como urea, creatinina y sales (Tortora & Derrickson, 2008).
El correcto funcionamiento del sistema excretor es esencial para prevenir enfermedades graves como cistitis, nefritis o insuficiencia renal. Mantener hábitos saludables, como una hidratación adecuada y una dieta equilibrada, protege a estos órganos vitales.
El sistema excretor desempeña un papel crucial en la eliminación de desechos y el mantenimiento del equilibrio interno del cuerpo. Su estudio no solo nos ayuda a comprender cómo nuestro organismo depura sustancias, sino también a valorar la importancia de cuidarlo para prevenir complicaciones que puedan comprometer nuestra salud.
Referencias:
Dado que el sistema excretor es fundamental para mantener el equilibrio interno del cuerpo, ¿cómo creen que los hábitos modernos, como la alimentación rica en sodio, el consumo insuficiente de agua o el sedentarismo, están afectando su funcionamiento? ¿Qué estrategias podrían implementarse a nivel individual y comunitario para proteger la salud renal y prevenir enfermedades relacionadas? INVESTIGA
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