
El silencio de lo cotidiano: cuando las adicciones se instalan en casa
Hay conversaciones que uno no puede postergar. No por urgencia externa, sino porque algo interno —una fibra, una duda, un miedo— empieza a incomodar y a preguntar. Y cuando esa inquietud se vuelve más fuerte que el ruido del día, uno necesita hablar. Escuchar. Mirar de frente.
ENTREVISTA a Roberto Cabrera director de la ONG PROJOVEN
Por Alejandro Morero, Director de Oupen Academy
Vivimos en una época en la que el consumo de sustancias dejó de ser una escena marginal. Ya no es “el otro”, el de la esquina oscura, el del barrio difícil. Es el hijo de un amigo, es la hermana que cambió su humor, es el compañero que se aísla. O incluso, somos nosotros, lidiando con nuestras propias anestesias.
Las drogas ya no se anuncian con estridencia. No llegan en autos tuneados o con olor a clandestinidad. Llegan en silencio, con memes, con risas, con fiestas. A veces disfrazadas de libertad, otras, de derecho, de moda, de escape. La marihuana, el alcohol, la cocaína, las pastillas… conviven cada vez más naturalmente en charlas de adolescentes, en círculos de trabajo, en momentos de ocio.
Como padre, como educador, como director de una academia que forma personas, no puedo mirar hacia otro lado. Porque esta conversación no se trata solo de drogas: se trata de vínculos, de salud mental, de familias que ya no saben cómo poner un “no”, de chicos que creen que sentirse mal es parte de crecer.
Por eso invité a conversar a Roberto Cabrera, director de Fundación ProJoven, una organización de Córdoba con más de dos décadas de trayectoria en la prevención y tratamiento del consumo problemático de sustancias. Con él compartimos un café virtual, de esos que se dan entre mates, micrófonos encendidos y la firme convicción de que lo importante no es tener todas las respuestas, sino hacerse las preguntas adecuadas.
Entrevista a Roberto Cabrera, Director de ProJoven
Alejandro Morero: Roberto, tenés casi 30 años de experiencia en el abordaje de las adicciones. Pero no sos médico ni psicólogo. ¿Cómo comenzaste este camino?
Roberto Cabrera: Empecé desde mi propia experiencia. Yo mismo estuve en consumo. Me formé como operador socioterapéutico y me metí de lleno en comunidades terapéuticas. Fui paciente, después acompañante, y terminé fundando espacios porque sentía que el sistema tenía muchas fallas. Empecé haciendo guardias, luego cursos, y con el tiempo me dediqué por completo a esto. No lo elegí como un trabajo más; fue una decisión de vida.
Alejandro: En tu experiencia, ¿qué está fallando hoy en la manera en que abordamos las adicciones como sociedad?
Roberto: Estamos atrapados en paradigmas viejos. Creemos que internar es siempre la solución, pero muchas veces eso revictimiza. Por eso hoy trabajamos desde la reducción de daños, con dispositivos ambulatorios, como nuestro programa DOA, que es gratuito. El foco está en el acompañamiento real, no en el encierro. Internar puede ser necesario, pero no como primera ni única respuesta.
Alejandro: ¿Y qué rol tienen las familias en todo esto? ¿Qué ves en los hogares?
Roberto: Las familias están desbordadas. Se rompió el límite. Antes, un “no” era claro, concreto. Hoy se intenta negociar con los hijos desde un lugar tibio. Y eso no educa, confunde. Hay chicos que no tienen miedo, ni respeto, ni orientación. Y del otro lado, padres que no saben cómo actuar sin culpa.
Alejandro: Muchos adolescentes dicen que la marihuana “no hace nada”. ¿Qué les dirías desde tu experiencia?
Roberto: Que no jodan con eso. La marihuana genera dependencia, y rápido. Al principio parece divertida, te reís, tenés pila… pero después te apaga. Te vuelve apático, desconectado, depresivo. Muchos no lo notan hasta que es tarde. Yo he visto cómo un pibe de 15 años, con consumo habitual, a los 25 ya está metido en cocaína, alcohol, conflictos con la ley, y una vida desordenada. Y todo empezó “fumando un porro”.
Alejandro: ¿Creés que el consumo de sustancias es una cuestión personal o social?
Roberto: Completamente social. El consumo de drogas es una construcción cultural. Nadie empieza porque está mal. Empiezan para divertirse, para probar. El problema es que detrás hay un negocio armado, con sustancias diseñadas para engancharte. Y si no entendemos eso, seguimos siendo ingenuos.
Alejandro: ¿Y cómo ves el futuro? ¿Hay esperanza?
Roberto: Siempre hay esperanza. Pero hay que hablar, educar, poner límites, acompañar. No romantizar el consumo. No negar la realidad. Hay que mirar con amor, pero también con firmeza. Desde ProJoven ofrecemos capacitaciones, becas, atención gratuita… pero necesitamos que la sociedad se comprometa. Que padres, docentes, clubes, instituciones se involucren.
Epílogo: lo que no podemos dejar para mañana
Esta entrevista no pretende dar recetas mágicas. Pero sí quiere encender preguntas. ¿Sabemos realmente qué hacen nuestros hijos cuando salen? ¿Nos animamos a hablar del tema sin miedo? ¿Estamos educando o dejando que lo hagan otros?
Porque al final del día, cuando cae el silencio en casa, lo que no se dice también se escucha. Y el vacío que deja la indiferencia puede llenarse de muchas cosas… algunas, peligrosas.
Desde Oupen Academy, abrimos las puertas a este diálogo porque creemos que la educación debe ser integral, crítica y humana. Porque no se trata solo de formar buenos profesionales, sino también personas conscientes, capaces de construir entornos más sanos y más libres.
Fundación ProJoven tiene sede en Villa Carlos Paz, Argentina, y cuenta con dispositivos gratuitos de asistencia. Si conocés a alguien que necesita ayuda, no dudes en contactarlos.

Asociación Civil PROJOVEN
CTI Pro-Joven
Organización no gubernamental (ONG)
Prevención, Capacitación, Orientación y Asistencia en Situaciones Asociadas al Consumo Problemático de Drogas.